La verdad de las granjas
El número de animales sacrificados durante 2020 en los mataderos españoles se disparó hasta los 910 millones. Son 2,5 millones de muertes al día, 104.000 cada hora, 1.700 por minuto y casi 30 cada segundo.
Alcanzar estas cifras sólo es posible dado que la ganadería intensiva en España supone el 84% de todas las explotaciones de animales para la producción de carne, lácteos y huevos. Estas enormes factorías someten a los animales a restricciones de movimiento, viven en un constante régimen de hacinamiento extremo e impiden a los animales desarrollar su comportamiento natural.
Millones de animales viven, enferman y mueren en condiciones de suciedad, estrés y agotamiento. Esta es la realidad que queremos destapar de las granjas.
Hacinamiento
En las granjas industriales se trata a los animales como máquinas con las que alcanzar altísimas cuotas de producción, siempre en detrimento de su bienestar.
En España, este sistema intensivo de producción no para de crecer. En 2021, la producción de carne en España superó el récord de 2020 y la cifra sobrepasó los 8 millones de toneladas.
Las cifras oficiales de 2018 del Ministerio de Agricultura contabilizan 52,4 millones el número de animales llevados al matadero ese año. La mayoría de ellos son criados en granjas donde padecen las peores condiciones imaginables. En el caso de las gallinas ponedoras, el 91% todavía viven en jaulas o hacinadas en naves con altísimas densidades por metro cuadrado. Y en la producción de leche, la media de vacas por granja casi se ha duplicado en los últimos nueve años.
Exigimos de inmediato
Proponemos el fin de las granjas industriales. Podemos prescindir de la explotación animal y trabajamos para descubrir la cruel realidad que nos esconden de la industria de la carne, del huevo y la leche.
Con especial urgencia, exigimos:
- Que se modifique la normativa para que las isntalaciones de las granjas permitan que los animales puedan desarrollar su comportamiento natural sin restricciones.
- Prohibición de las jaulas en todas las granjas, sin importar la especie ni el ciclo de producción.
- Prohibición de las mutilaciones de cola y picos, extracción de colmillos y castraciones sin anestesia.
- Prohibición inmediata del sistema de triturado de pollitos vivos como sistema de descarte de machos en las explotaciones.
- Exigir un etiquetado europeo que informe sobre el sistema de producción al que son sometidos los animales para carne, lácteos y derivados, evitando así el fraude a los consumidores.
- Exigir legislación de bienestar animal propia para las especies que no cuentan con ella, como conejos, pavos y terneros.
- Atención veterinaria enfocada en el bienestar de cada animal como individuo y no solo en asegurar la supervivencia y productividad del grupo en la granja.
- La alimentación de los animales en granjas no debe tener en cuenta sólo el engorde o supervivencia, sino la correcta nutrición de los animales. Es imposible hablar de bienestar si no se les ofrece comida equilibrada y adecuada a sus organismos, no sólo un pienso hipercalórico.
Restricción de movimiento
Durante la gestación y el parto, 2,5 millones de cerdas son encerradas en jaulas individuales tan pequeñas que ni siquiera pueden darse la vuelta. Las cerdas reproductoras pasan casi la mitad de su vida en este tipo de jaulas, obligadas a incesantes ciclos de reproducción. En Suecia, todas las jaulas para cerdas (de gestación y jaulas de parto) están prohibidas desde 1994 y en Reino Unido desde 1999.
De los 47 millones de gallinas ponedoras que viven en territorio español, el 78% vive en jaulas con espacios similares al de un folio por ave, en las que apenas pueden caminar o abrir sus alas. La misma realidad padecen 40,7 millones de conejos, obligados a vivir en jaulas similares. El propio sector reconoce que la cunicultura ecológica y libre de jaulas es prácticamente inexistente. Las jaulas para gallinas ponedoras ya están prohibidas en Luxemburgo y Austria, y en 2025 quedarán prohibidas en Alemania. Las jaulas para conejos de carne se prohibieron en Austria en 2012, en los Países Bajos en 2016 y lo mismo ocurrirá en Bélgica en 2025 y en Alemania en 2024.
En el sector vacuno, en la mayoría de las explotaciones los terneros son separados de sus madres en las primeras 24 horas de vida y trasladados en jaulas individuales para lograr una mayor ganancia de peso, reducir posibles enfermedades por contagio y evitar problemas conductuales como la succión entre terneros.

Enfermedad
Según un informe del Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI), alrededor del 40% de los antibióticos producidos en el mundo se usan como aditivos para piensos animales.
El excesivo consumo de antibióticos a través de la carne y lácteos, tiene como consecuencia la aparición de bacterias cada vez más resistentes a los tratamientos conocidos. Y esto es un peligro para lo que la humanidad no está preparada.
Esto es especialmente preocupante en España, ya que es el país de la Unión Europea donde más antibióticos se usan en la cría de ganado, concretamente 402 miligramos por cada kilo de carne producido, una cantidad cuatro veces superior a la empleada en Alemania y casi seis veces mayor a la de Francia.
Comportamiento natural
Las vacas y toros son animales muy sociales. Sin embargo, los terneros son separados de sus madres a las pocas horas de nacer, y aislados en jaulas en las que no pueden desarrollar su normal comportamiento gregario ni tener contacto con otros terneros o con su propia madre.
En general, todos los animales privados de la oportunidad de desarrollar sus comportamientos naturales presentan una alta incidencia de estereotipias, consideradas un indicador de falta de bienestar.
